Recuerdo muy bien el triste episodio que dejó en coma a Jesús Neira, pues copó los titulares de la mayoría de los medios de comunicación. Y no era para menos, porque Jesús hizo lo que muchos no nos habríamos atrevido a hacer: salir en defensa de una mujer, Violeta Santander, a la que encima no conodía, que estaba siendo agredida por su pareja, Antonio Puerta, el 2 de agosto de 2008.
El Juzgado de lo Penal nº 1 de Getafe condenó el 20 de noviembre de 2009 a Antonio Puerta a siete meses y quince días de prisión por la agresión a la mujer. La sentencia le prohibe la tenencia y porte de armas durante año y medio y le impide acercarse a menos de 500 metros de la mujer o comunicarse con ella durante un año, siete meses y quince días; nada dice, sin embargo, respecto al ataque al profesor Neira.
Soy de los muchos que temieron por la vida de Jesús, no creí que pudiera contarlo. Y me alegré cuando la prensa informó que había salido del coma, así como de las noticias posteriores que hablaban de una lenta pero constante mejoría, que espero y deseo que poco a poco llegue a ser total o casi total.
Ahora sólo cabe esperar que la lenta maquinaria de la justicia sea implacable y que llegado el momento condene también, con una pena ejemplar si es posible, a Antonio Puerta por el ataque al profesor.
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