1º DE MAYO, DÍA DE LOS TRABAJADORES
por Alfredo Ferraresi
Marco histórico del 1º de Mayo
El 1° de Mayo, tiene el sentido histórico de la reivindicación de
Para entrar en la historia, tuvimos que recibir el bautismo de fuego el mismo día en que se dispusiera su celebración, con uno de los procesos judiciales más inicuos de que tengamos memoria en la historia de la humanidad. A los trabajadores Argentinos no nos va a llamar la atención de lo ocurrido, porque hace muy pocos años hemos soportado represiones tan asesinas como las del 1° de Mayo de 1886.
El crimen de Chicago, como fuera denominado, costó la vida de gran cantidad de trabajadores y dirigentes sindicales; no existe un número exacto, y miles de heridos de balas, torturados, detenidos, procesados, despedidos. La mayoría de los obreros eran inmigrantes, en gran cantidad italianos, españoles, alemanes, rusos, irlandeses, judíos, polacos, eslavos.
Luego podremos observar, que los acusados en el proceso judicial, fueron ocho compañeros dirigentes anarquistas, de los cuales solamente dos, eran norteamericanos.
Era entonces Chicago, la segunda ciudad de los EE.UU., ya convergían allí los ferrocarriles y del oeste y sudeste llegaban millares de ganaderos, creando las primeras chozas desparramadas donde luego albergarían a cientos de miles de trabajadores que llegarían de distintas partes del mundo.
Este movimiento, nace en 1829, cuando se solicita a la legislatura de Nueva York la jornada de ocho horas. Anteriormente existía una Ley que prohibía trabajar más de 18 en caso de suma necesidad otorgaba permiso para trabajar más horas. A mediados del siglo IXX se formaron las grandes Ligas de OCHO HORAS en las principales ciudades manufactureras del Norte. Ya en 1886 comienzan en 19 Estados a sancionar leyes que permiten trabajar jornadas máximas entre ocho y diez horas, aunque con cláusulas que les permitían hacer trabajar a los obreros entre 14 y 18 horas. Es importante destacar, que existía una multa de entre 25 y 100 dólares a cualquier funcionario o empleado de una compañía de ferrocarril, que obligase a un maquinista o fogonero a trabajar más de 18 horas diarias, salvo en caso de urgente necesidad. Todas las condiciones de trabajo eran similares, y las condiciones en que vivían eran insoportables.
Se levantaban a las cuatro de la madrugada, y regresaban después de las ocho de la noche, e incluso más tarde, de manera que jamás veían a sus mujeres e hijos a la luz del día. Unos se acostaban en corredores y otros en chozas donde se hacinaban tres o cuatro familias; muchos no tenían alojamiento y se les veía juntar restos de comida en los desperdicios, o comprar a los carniceros, algunos centímetros de recortes de carne. La generalidad de los empleadores tenían, una mentalidad de caníbales. También la prensa no tomaba en serio el movimiento en demanda de las ocho horas, y calificaban al mismo de "indignante" e "irrespetuoso", ya que era una cosa demasiado tonta, y no merecía la atención este delirio de algunos lunáticos, y manifestando que era lo mismo que pedir que se pague un salario sin cumplir ninguna hora de trabajo.
En ese entonces había crecido como organización
Este comunicado fue rechazado de plano por los trabajadores de EE.UU. y Canadá, quienes repudiaron a los dirigentes de esa Central por Traidores al Movimiento Obrero. Pero llegado el 29 de Abril, luego de varios meses de agitación,
De todas maneras, el 1° de Mayo de 1886, casi doscientos mil trabajadores inician la huelga, mientras otros casi doscientos mil obtenían esa conquista con la simple amenaza del Paro. A fines de mayo, otros sectores patronales accedían a otorgar esa jornada a otros cincuenta mil obreros, y antes de finalizar el año, un total aproximadamente de trescientos mil gozarían de ese derecho.
El éxito fue tal, que la Federación de Gremios y Uniones Organizadas expresó su júbilo con estas palabras “Jamás en la historia de este país ha habido un levantamiento tan general entre las masas industriales, el deseo de una disminución de la jornada de trabajo, ha impulsado a millones de trabajadores a afiliarse a las organizaciones existentes, cuando mucho hasta ahora habían permanecido indiferentes a la agitación sindical”.
Pero como siempre a través de la historia no hay conquista sin mártires, y claro que los hubo, porque
El objeto del proceso era condenar al Anarquismo se trataba, sin duda, de un Juicio Político-Ideológico. Los ocho de Chicago fueron declarados culpables, a expensas de no haberse probado nada en su contra, fueron acusados de enemigos del orden y la sociedad. Al final tres de los ocho pasaron a prisión perpetua, y los cinco restantes fueron ejecutados el 11 de Noviembre, a pesar de las protestas de todas las Organizaciones de Trabajadores del Mundo. Nuestro homenaje a estos ocho Mártires que fueron condenados por defender los Derechos de los Trabajadores, estos son sus nombres:
Michael Schwab - Luois Lingg - Adolpf Fischer
Samuel Fielden - Albert Parsons - Oscar Heebe
Hessois Auguste Spies - George Engel
Cuarenta años después, serían condenados otros dos inmigrantes italianos, a quienes se les llamó los Mártires de Boston, sus nombres:
Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti
La lista podría llenar varias páginas en la historia del Movimiento Obrero, en toda nuestra América Latina y en el resto del Mundo, y la similitud de procedimientos también nos recuerda épocas muy cercanas vividas en el país.
Los trabajadores de Farmacia, identificados plenamente y permanentemente en estas luchas, nos sumamos a esta celebración en pié de lucha, teniendo como objetivo fundamental la construcción de un Modelo de País donde impere un Nuevo Orden Económico y Social, para solidarizarnos con todos los Pueblos de Latino América y del Tercer Mundo que luchan por
ALFREDO L. FERRARESI
SECRETARIO EJECUTIVO DEL CONO SUR FEDERACION TRABAJADORES LATINOAMERICANOS DEL COMERCIO, SECRETARIO GREMIAL ADJUNTO DE ASOCIACION EMPLEADOS DE FARMACIA (CAPITAL FEDERAL)
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