Hay normativas que deben adaptarse a la realidad social para ser un fiel reflejo de lo que sucede en nuestra sociedad. Una de ellas es la relativa al empadronamiento, tema sobre el que últimamente he aprendido mucho por cuanto una persona muy allegada a mí que por circunstancias de la vida se vio obligada a abandonar su anterior domicilio se ha encontrado con innumerables obstáculos, todavía no salvados, para poder empadronarse en el domicilio de unos amigos, que es donde se encuentra residiendo desde hace varios meses, por no poderlo justificar documentalmente.
El tema quedaría en poco más que una anécdota si no fuera porque te piden el certificado de empadronamiento para muchas cosas, incluida la asignación de médico por parte del Servei Català de Salut cuando uno dice que su dirección no coincide con la del D.N.I. Y ahí empiezan los problemas, por cuanto es la misma ley vigente y no la voluntad del individuo la que le acaba dejando fuera de la legalidad...
Espero que el nuevo decreto sobre empadronamiento del Ayuntamiento de Reus venga a enmendar los vacíos que quedaban con el 419. Sin más comentarios.
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